Elogio al DIM y a Díber Cambindo, “el 9 más fuerte que hay en el FPC”

Alberto Suárez, DT de Envigado, dijo salir triste tras el triunfo de Independiente Medellín, por una cosa que había advertido. Además recordó que fue él quien formó a Díber Cambindo.

Envigado estuvo ganándole al DIM durante un tiempo del partido. Sufrió la remontada y terminó sin sumar en este partido. El resultado no le generó algún tipo de molestia al DT, más allá de la tristeza de la que habló en rueda de prensa. Terminaron 1-2 abajo en el marcador, con un gol de Díber Cambindo, el delantero al que tuvo en su tiempo conjunto en Deportes Quindío (2017-18).

Alberto Suárez y lo que dijo del DIM

“Salgo triste con mis jugadores porque se merecían otra cosa. En el fútbol no se merecen las cosas, en el fútbol se consiguen las cosas. Les había advertido que el Medellín no necesitaba jugar para hacer un gol. Ellos son un equipo muy técnico, muy preciso y desde su precisión consiguen el resultado”, fue lo que dijo a favor de Independiente Medellín.

Alberto Suárez entiende que fue un partido en el que Envigado merecía más goles. No los hizo y el DIM, sin merecer más, hizo lo que no hicieron los suyos. Marcó en un par de ocasiones. Con eso le dio vuelta al marcador. Terminó imponiéndose y llevándose 3 puntos más que lo tienen metido en el grupo de los 8.

El elogio a Díber Cambindo

El DIM ganó en la visita a Envigado con goles de Luciano Pons y Díber Cambindo. Este último anotó en tiempo de adición para consolidarse como goleador del equipo en la Liga BetPlay II-2022. Ese nuevo tanto llegó en un momento definitivo del compromiso, ya cuando el plan inicial de Envigado para detenerlo había cambiado. Así lo contó Alberto Suárez.

“Sabíamos que las probabilidades de perder en el juego aéreo con Cambindo eran muy grandes. Yo lo tuve a él. Cambindo es hechura mía. Lo quiero mucho. Hoy no es el mejor 9, pero sí el 9 más fuerte que hay en el fútbol colombiano. Nosotros éramos conscientes de no tener los argumentos, más allá de darlo todo, para ganarle. Como teníamos la desconfianza de poderle ganar, siempre le insertaba un hombre para que si nos ganaba, estuviera muy cerca y nos ayudara a sacar la pelota. Lo controlamos bien. Cuando nos empataron, había que abrir el partido para intentar hacer la diferencia y él con espacio estuvo más tranquilo”.