Todos hemos escuchado alguna vez hablar de esas personas que, con una fantástica suerte, encuentran entre sus monedas viejas o olvidadas algunos auténticos tesoros que pueden vender por cientos de miles de dólares. Aunque esto parece estar reservado siempre a monedas muy concretas, la verdad es que también puede ocurrir con algunas bastante frecuentes según pasa el tiempo.
Bajo algunas circunstancias, monedas que pueden parecer comunes o que circulan o circulaban diariamente pueden adquirir un enorme valor. Factores como un error de acuñación, una tirada limitada, o alguna particularidad en el diseño pueden acabar convirtiendo una moneda ordinaria en una pieza de enorme valor para los coleccionistas. Estas son tres de esas monedas comunes que pueden acabar poniendo mucho dinero:
Las monedas de centavo Lincoln de 1982-D de aleación de cobre
Esta es sin duda una de las monedas que más buscan los coleccionistas y no sólo en Estados Unidos. El centavo Lincoln de 1982-D se fabricó en cobre. Durante ese año concreto, la casa de la moneda de Estados Unidos hizo una transición en la que se pasó del uso del cobre al zinc en la fabricación de centavos.
Lo que ocurrió es que esta moneda, se emitieron centavos en ambos materiales. La versión que se acuñó en la ciudad de Dénver y que viene marcada por la D,se fabricó físicamente en cobre y, además, se produjeron algunos cambios y confusiones en su proceso de producción.
Esto ha llevado a que se hayan pagado hasta $18.000 por algunos de estos centavos, especialmente por aquellos que están en un excelente estado.
El cuarto de dólar de 1970 sobre monedas canadienses de 1941
Esta es otra de esas monedas que fue de uso común en el siglo pasado, y que debido a un error en el proceso de acuñación, se ha convertido en una moneda extremadamente rara y valiosa.
El cuarto de dólar estadounidense de 1970 sufrió en algunas de sus emisiones un error en el proceso de acuñación que hizo que se imprimieran sobre monedas canadienses de 1941.
Otro caso intrigante es el de ciertos cuartos de dólar estadounidenses de 1970 que, debido a un error en el proceso de acuñación, fueron impresos sobre monedas canadienses de 1941. Este tipo de error, conocido como «overstrike», es extremadamente raro y altamente valorado en el ámbito numismático.
Un ejemplar con este error de acuñación se vendió en una subasta por 35.000 dólares, demostrando cómo un error puede transformar una moneda común en una pieza de alto valor.
El centavo Lincoln de 1969 con doble impresión: las monedas más buscadas por muchos coleccionistas
Aunque en la actualidad hay muchas monedas que se persiguen como de alto valor por los coleccionistas, en algunos momentos han existido auténticos unicornios por el valor que podían llegar a alcanzar aun habiendo sido monedas de uso común.
Es el caso del centavo de Lincoln de 1969 con un error de acuñación de doble impresión. Este error hace que la moneda presente una doble impresión en el anverso que afecta tanto a la imagen del presidente como a las inscripciones.
Se considera un error extremadamente raro y una de estas monedas ha llegado a alcanzar la astronómica cifra de $24.000, teniendo en cuenta el hecho de que se trata de una moneda realmente común en cuanto a emisión.
Qué tienes que mirar para saber si tus monedas valen mucho dinero
Solemos tener la tendencia a pensar que las monedas alcanzan mucho valor por el paso del tiempo. Sin embargo, esto es relativo, ya que no sólo la antigüedad de una moneda, y menos en el caso de las monedas de uso común, hacen que se conviertan en atractivas para el coleccionismo, que, al final, es el que paga por ellas.
Así que, a la antigüedad, tienes que sumar otros factores como el error de acuñación, ya que defectos como ausencias de marcas de Ceca, dobles impresiones o diseños incorrectos van a subir mucho el valor de las monedas.
Otro factor es el de aquellas monedas que se emitieron en pequeñas cantidades o que se retiraron muy rápido de circulación: aquí la escasez también aumenta el valor de las piezas. Y, por supuesto, el estado de conservación, que será clave para que las monedas alcancen sus mayores precios en el mercado del coleccionismo.