Dentro de lo mucho que se ha hablado en los 30 años que pasaron del 5-0, hubo una versión de un futbolista colombiano que el árbitro desmintió. ¡Dice que nunca pasó!
Tiene que ver con una anécdota contada por Barrabás Gómez, uno de los mediocampistas de la Tricolor ese día. Se contó en el libro del periodista, Mauricio Silva, titulado «El 5-0: la increíble crónica del partido que cambió para siempre la historia del fútbol colombiano» y tiene que ver con el cierre del juego, cuando habló con el árbitro uruguayo Ernesto Fillipi.
Lo que contó Barrabás Gómez
Se dio luego de un codazo de Diego Simeone contra el Tren Valencia. Cayó con la boca ensangrentada. Él, junto a Luis Carlos Perea y Wilson Pérez, fueron a hablarle al árbitro. Le dijo: «No lo vaya a echar, señor juez. No lo vaya a sacar del partido, porque después dicen que les ganamos porque tenían solo diez. No nos vaya a hacer eso». Y contó que Fillipi respondió: «No lo echo, pero háganles otro gol a esos hijos de p…».
Fillipi y la desmentida a Barrabás Gómez
El árbitro del partido habló del mismo, 30 años después. Lo hizo en entrevista para AS COLOMBIA y allí se refirió a tal afirmación del jugador de la Selección Colombia: “Durante un partido suceden muchas anécdotas entre los jugadores y el árbitro. Después, los que se encargan de escribir libros, entiendo que tienen que darle un poco más de color como toda comida para que sea más sabrosa hay que ponerle un poco de picante, eso lo entiendo, no estoy de acuerdo con algunas cosas que escribieron por ahí, es un libro con 200 páginas, pero me mostraban dos líneas que habían referencia a un supuesto diálogo”, fue lo primero.
Y agregó: “Eso nunca fue cierto y nunca fue de esa manera. Lo primero que siempre recalco es que el trato con los jugadores siempre fue respetuoso, a todos les decía señor. Lo que si es cierto es que hay situaciones que el árbitro debe valorar, faltando un minuto o dos era conveniente expulsar a un jugador, cuando es sabido con ese jugador se lleva a otro o genera una discusión o un tumulto, viendo que es un partido súper controlado de guante blanco. Asumí el riesgo de no expulsar a nadie por cómo se dio el juego. A los jugadores colombianos si les pedí que siguieran jugando en serio que no empezaran con los toques sobradores porque eso podía generar reacciones”.
