Hablar de SNAP es hablar de la ayuda básica que mantiene a flote a millones de hogares en Estados Unidos. No es algo nuevo, ni es algo menor. Durante años, este programa que antes se conocía como cupones de alimentosha sido el salvavidas silencioso de muchas familias con ingresos justos o directamente insuficientes.
Y en 2025, el sistema sigue funcionando, aunque no sin sus líos y propuestas de cambio que van levantando cejas. Se basa en una tarjeta, como una de débito, que se llama EBT. En ella se cargan los beneficios, y sirve para pagar comida en supermercados y tiendas autorizadas.
Quienes tienen derecho a cobrar los cupones de alimentos SNAP
No es dinero en efectivo, pero se usa igual en la caja. Y ojo, no se puede gastar en cualquier cosa, solo en comida. Ni ropa, ni productos de limpieza, ni bebidas alcohólicas. No es simplemente quererlo, claro. Hay que cumplir unos requisitos bastante claros.
Lo que más pesa es el tamaño del hogar y los ingresos brutos que entren al mes. Por ejemplo, una familia de seis personas no puede superar los $62,940 al año si quiere acceder a los beneficios. Y si sois ocho en casa, el tope sube a $79,080. A partir de ahí, por cada persona que se sume al hogar, se añaden $8,076 al límite.
Así que sí, es flexible, pero sigue siendo bastante estricto. Hay algunas excepciones, eso también. Si en casa hay personas mayores, o alguien con discapacidad, esos factores se tienen en cuenta. Se analiza cada caso y se ajusta, aunque no siempre a favor.
Estos son los pagos de SNAP para una familia numerosa
Aquí es donde la cosa se pone más concreta. El dinero que entra cada mes depende, otra vez, del tamaño de la familia. Con seis personas, el apoyo mensual llega a los $1,390. Si hablamos de ocho miembros, se sube hasta los $1,756.
No es una fortuna, pero para muchas familias, ese dinero marca la diferencia entre comer o no llegar a fin de mes. Si hay más personas en el hogar, se suman $220 por cada una. Así de directo.
Estos importes no cambian al azar. Se ajustan cada año, normalmente en octubre, y siguen vigentes hasta septiembre del siguiente año. Así que quienes estén dentro del programa pueden organizarse un poco mejor sabiendo cuánto cobrarán.
Los cambios de SNAP que se aplicarán en 2025
Este año hay ruido. Y no poco. Algunos estados, como Arkansas e Indiana, han propuesto cambios que no han pasado desapercibidos. Están pidiendo que se prohíba comprar ciertas cosas con los fondos del SNAP. Refrescos, chucherías cosas así.
Dicen que es para proteger la salud de los beneficiarios y reducir costes. La intención suena bien en el papel, pero no todo el mundo está de acuerdo.
La polémica no es solo sobre lo que se puede o no se puede comprar. También hay propuestas para endurecer los requisitos. Por ejemplo, pedir que quienes reciben esta ayuda trabajen más horas, o demuestren que están buscando empleo de forma activa. Y eso, en ciertos contextos, puede ser un golpe difícil para muchas personas.