ALERTA SNAP – nuevo requisito que ya no te dejará comprar estos alimentos: No pierdas el cheque

Varios estados de EE. UU. están restringiendo el uso de SNAP para adquirir refrescos y dulces

Snap prohibe alimentos y retira beneficios

Snap prohibe alimentos y retira beneficios

Para quienes no lo tengan del todo claro, SNAP es el programa de ayuda para comprar comida en Estados Unidos, algo así como los antiguos cupones de alimentos. La cosa es que, en varios estados, las reglas están cambiando. Y no es solo un cambio pequeñito, no. Es de esos que te hacen pararte a mirar dos veces lo que metes en la cesta del súper.

Hay estados como Arkansas, Indiana o Idaho que han dicho basta. Y no lo dicen por decir. Han pedido al Gobierno federal que les permita bloquear la compra de ciertos productos usando SNAP. ¿Qué productos? Pues los de siempre en estas polémicas: refrescos, chucherías, dulces. Incluso aquellos refrescos sin calorías, de esos que venden como más “light”, también quedarían fuera.

Algunos productos fuera, otros dentro (pero con matices) para los cheques SNAP

Lo curioso del caso es que al mismo tiempo que restringen esas cosas, también proponen permitir otras que antes no se podían comprar. Como el pollo asado del supermercado, ese que ya viene hecho y que está listo para cenar. Antes, con SNAP, eso no se podía. Ahora podría pasar a estar permitido. Es como si se reordenara la lista entera de lo que sí y lo que no. Y claro, eso no pasa desapercibido.

Quienes están a favor dicen que es una forma de cuidar la salud pública. Que si se reduce el consumo de azúcar, bajan también enfermedades como la diabetes o problemas cardiovasculares. Hasta aquí, vale. Pero hay otra parte,y no es pequeña, que opina lo contrario. Que con esto lo único que se consigue es señalar a quienes usan SNAP, como si no supieran comer bien o como si fueran culpables de estar donde están.

Más factores que influyen en el monto de tu cheque de SNAP

Y no solo están tocando el tema de la comida. También están apretando en lo laboral. En Indiana, por ejemplo, ya han metido normas nuevas que obligan a quienes reciben SNAP a demostrar que están buscando trabajo, o que están en cursos de formación. No es solo decir “sí, estoy buscando”. Tienes que apuntarte a programas, asistir, cumplir horarios. Si no lo haces, pues adiós ayuda.

Y esto no es una idea suelta de un par de estados. A nivel federal ya existe una regla parecida. Si tienes entre 18 y 54 años y no tienes hijos o personas a tu cargo, necesitas trabajar un mínimo de 80 horas al mes. O, al menos, demostrar que estás formándote para poder hacerlo. Si no llegas a ese mínimo, te pueden cortar el acceso al programa. Así, sin más.

La clave para no perder los beneficios SNAP por culpa de las compras

Claro, una cosa es hacer la norma y otra muy distinta es aplicarla. Porque decidir qué entra y qué no entra en la categoría de dulces o refrescos azucarados no es tan claro como podría parecer. Lo que para un estado es una bebida prohibida, para otro puede pasar como aceptable. Y eso genera un lío.

Los supermercados, por ejemplo, no saben muy bien qué pueden vender y qué no si alguien paga con SNAP. Y no hablemos de los fabricantes, que también protestan porque dicen que esto es discriminatorio.

Aquí es donde entra el debate real. Algunos estudios dicen que lo mejor no es prohibir, sino premiar. Que si das descuentos o incentivos para comprar frutas, verduras o productos frescos, la gente tiende a elegir mejor. Hay investigaciones, incluso una bastante conocida de Stanford, que apuntan justo en esa dirección. No se trata solo de poner normas, sino de crear hábitos duraderos.