Un estudio reciente realizado por el grupo de expertos bipartidista Economic Innovation Group (EIG) ha puesto de relieve un drástico aumento del número de estadounidenses que dependen de la asistencia gubernamental para una parte sustancial de sus ingresos. El estudio informa que más de la mitad de los estadounidenses, aproximadamente el 53%, reciben ahora al menos una cuarta parte de sus ingresos de programas, conocidos como «ingresos por transferencia». Esto incluye el Seguro Social, Medicare, Medicaid, el crédito fiscal por ingresos del trabajo, las becas Pell y varios pagos iniciados durante la pandemia de COVID-19.
En cambio, en 1970, solo un 1% de la población estadounidense dependía de la asistencia gubernamental en esa medida, y la mayoría de ese pequeño porcentaje vivía en las zonas económicamente más desfavorecidas del país. La investigación señala tres factores principales que explican este marcado aumento de la dependencia: el envejecimiento de la población, el aumento de los gastos sanitarios y un crecimiento lento de los salarios que no ha logrado seguir el ritmo del aumento del coste de la vida.
Aumento de la dependencia del Seguro Social
Uno de los factores más importantes que alimentan esta tendencia es el rápido envejecimiento de la población del país. En 1970, solo uno de cada diez estadounidenses tenía 65 años o más, mientras que hoy esa cifra ha aumentado a uno de cada seis. Este cambio demográfico ha provocado un aumento sustancial de los pagos del Seguro Social, ya que más personas alcanzan la edad de jubilación.
Además, las poblaciones de mayor edad requieren más servicios de atención sanitaria, lo que ha hecho subir el gasto en Medicare. Con el aumento vertiginoso de los costos de la atención sanitaria, este programa se ha convertido en un mecanismo de apoyo esencial para muchos estadounidenses de edad avanzada, lo que aumenta aún más la dependencia de los fondos gubernamentales.
Junto con los crecientes costos de la atención médica y el envejecimiento, otro factor es el estancamiento del crecimiento salarial. Para muchos trabajadores, los ingresos personales provenientes del empleo o de los beneficios sociales no han aumentado lo suficiente en las últimas décadas como para compensar el aumento de los gastos de vida.
Este estancamiento del crecimiento salarial ha hecho que las transferencias gubernamentales representen una porción mayor del ingreso total de los hogares, lo que empuja a más personas a depender de estos programas para mantener un nivel de vida básico.
La creciente dependencia de programas como el Seguro Social y Medicare también contribuye a un déficit federal en aumento. Estos programas representan ahora una parte importante del gasto público y, a medida que más estadounidenses se jubilen y los costos de la atención médica sigan aumentando, la presión sobre los recursos federales no hará más que aumentar. El informe del EIG destaca que esta tendencia, si no se controla, podría exacerbar los problemas financieros del país.
El EIG sugiere que una solución a largo plazo implicará una combinación de estímulo del crecimiento económico y de solución de los problemas demográficos, lo que permitirá al país evitar volverse cada vez más dependiente de los programas gubernamentales. El objetivo es devolver la esperanza y las oportunidades económicas a las comunidades de todo el país, garantizando que Estados Unidos pueda seguir prosperando sin depender excesivamente de los ingresos por transferencias.