El Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria, que muchos conocemos simplemente como SNAP, lleva años siendo un salvavidas para miles de familias en Estados Unidos.
No es un cheque extra, ni un regalo del cielo, sino más bien una ayuda concreta para cubrir algo tan básico como la comida del mes. Quien lo ha usado lo sabe: no es que dé para lujos, pero alivia.
Cómo se cobra SNAP en Estados Unidos
La forma de recibirlo es sencilla. Una tarjeta EBT, como una de débito, cargada con la cantidad que toque según cada caso. Y de ahí, al supermercado. Nada de papeleo en la caja ni nada raro. Solo que, eso sí, no sirve para cualquier producto, ni mucho menos. Solo lo esencial, lo permitido por el programa.
En los últimos meses del año pasado hasta septiembre de 2025 se están aplicando algunos aumentos en los pagos. Este tipo de ajustes, que se hacen cada año, intentan que la ayuda vaya más en línea con los precios actuales, con lo que cuesta de verdad llenar la cesta de la compra.
Porque todos notamos cuando sube la leche, el arroz o el pan. Y si el SNAP no se actualiza, se queda corto.
Así quedan los nuevos pagos del SNAP por persona
Lo que uno recibe del SNAP va ligado directamente al número de personas que forman el hogar. A más bocas que alimentar, más ayuda. Tiene sentido, ¿no?
Si hablamos de cifras concretas, para alguien que vive solo el máximo mensual son $292. Dos personas en casa, $536. Tres personas, $768. Cuatro, $975. Y así sigue. Un hogar de cinco personas puede llegar a recibir $1,158.
Con seis miembros, la cantidad sube a $1,390. Y si en casa viven siete, se puede alcanzar un máximo de $1,536 dólares. Ocho personas ya suponen $1,756, y a partir de ahí, por cada persona más que se sume, se añaden $220 extra.
¿Cómo se calcula la ayuda del SNAP según los ingresos?
No es solo cuántas personas viven en casa. Lo que cuenta también, y mucho, es lo que entra cada mes. Es decir, los ingresos. Pero no cualquier ingreso, sino lo que queda después de restar lo que toca restar: impuestos, pagos obligatorios, lo de siempre.
El cálculo es un poco técnico, pero se entiende mejor si lo vemos como un equilibrio. El programa parte de la idea de que una familia dedica cerca del 30% de su ingreso neto a la compra de comida. Entonces, lo que hace SNAP es ver cuánto te tocaría si no tuvieras ingresos, y a eso le resta ese 30%.
Por ejemplo, si una familia de cuatro personas gana $2,000 netos al mes, se calcula el 30% (serían $600), y ese importe se descuenta del máximo que se puede recibir (que en ese caso sería $975).
Límites de ingresos para acceder al SNAP en 2025
Ahora bien, no todo el mundo puede acceder al SNAP. Hay unos límites de ingresos. Si los superas, no entras. Así de claro. Pero esos límites dependen del tamaño de la familia. Y también hay una diferencia entre ingresos brutos y netos.
Los ingresos brutos son lo que se gana antes de quitar impuestos. Los netos, lo que queda en realidad. En general, hay que cumplir ambos límites. Pero si hay en casa una persona mayor de 60 años o alguien con discapacidad, solo se tiene en cuenta el ingreso neto.
Para situarnos: una persona sola no puede ganar más de $1,632 brutos al mes, o $1,255 netos. Si son dos personas, el tope bruto es $2,215 y el neto, $1,704. Con tres personas, $2,798 brutos y $2,152 netos. Con cuatro, $3,380 y $2,600. La cosa sigue subiendo con cada persona más. En hogares de ocho personas, el límite es de $5,712 brutos y $4,394 netos. Y si hay más personas, se suman $583 al bruto y $449 al neto por cada una.
Requisitos específicos y uso de la tarjeta EBT
El SNAP, aunque sea un programa federal, se gestiona en cada estado. Eso significa que el proceso de solicitud puede cambiar según dónde vivas. No es lo mismo pedirlo en California que en Nueva York. Hay formularios distintos, tiempos distintos, incluso documentación específica.
Lo que sí es común en todo el país es la tarjeta EBT. Esa te la dan si te aprueban la solicitud. Funciona como una tarjeta normal, pero con restricciones: no sirve para comprar cualquier cosa. Solo alimentos aprobados. Nada de alcohol, ni productos de limpieza, ni tampoco comidas preparadas de supermercado (al menos en la mayoría de los casos).
El dinero se recarga cada mes en una fecha fija. Lo que no se gaste queda ahí para el mes siguiente. Aunque, eso sí, si pasa mucho tiempo sin usarla, el estado puede retirar los fondos o incluso cancelar la ayuda.