De las 14 del Madrid a las 14 de Don Rafael Nadal: Una demostración de grandeza

¡Vaya dos semanas para el deporte español! El Real Madrid y don Rafael Nadal se unieron para darle al país ibérico dos de las alegrías más grandes del deporte, títulos, trofeos y prestigio, todo es demostración de grandeza

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Durante años nos hemos preguntado ¿Qué es la grandeza en el deporte? Muchas definiciones y ejemplos,pero si algo hemos visto en las últimas décadas, que tanto el Real Madrid, como Rafael Nadal, la definen y la aplican a la perfección, no solo por llegar a una final y ganarla, sino por imponerse a las notorias dificultades que se le ponían en el camino, las remontadas y las lesiones, los rivales melindrosos, rebeldes, con sed de épica, con ánimo de gloria. ¡Nada les importó! Solo deseaban ganar ese partido,  ese instante ¿Y luego? – Ya veremos – .

Claro, suena muy sencillo, vivir partido a partido, sentir la presión del instante, y si algo sabe, tanto el equipo blanco, como el hombre nacido en Manacor, es de presiones, dichos a sus espaldas, en los medios maliciosos y las salidas tendenciosas en twitter, todo, ellos saben todo eso. 

De las 14 del Madrid a las 14 don Rafael Nadal: Una demostración de grandeza

Así, con total naturalidad, van por la vida del deporte haciendo lo que más saben hacer, unos, ganar por tener un escudo y una camiseta merengue, el otros, mostrar su zurda y coraje pleno para rivalizar con las nueva generaciones.

Y como en la vida misma, incluso con ellos, la suerte llega en el momento oportuno. No vamos a demeritar esfuerzos, pero hay que tener una flor en el momento adecuado, y tanto el Madrid como Nadal saben de ello.

LA FILOSOFÍA DEL MADIRD

La semifinal ante el Manchester City parecía definida, pero un joven brasileño, que no había tenido gran continuidad, ni una noche de consolidación, salió como conejo de un sombrero, para rescatar a su equipo que estaba a segundos de la eliminación.  Doblete en el minuto 90+1 por parte de Rodrygo ¿Quién lo esperaba?

Pero eso no era todo lo que el destino, la suerte, el trabajo y el esfuerzo nos tenía preparados, como un héroe dantesco, emergió el hombre designado, el francés bendecido, no podía ser otro que Karim Benzema quien anotara el gol de la clasificación 3 minutos después.

Por si todo ese verso fuera decadente, fueron 4 los equipos grandes los que el Madrid tuvo que vencer, los petrodólares del PSG, el campeón reinante, Chelsea, la frialdad del Guardiolismo, y por último la revolución de Klopp, todos ellos sucumbieron ante la camiseta del Real, sin jugar bien, sin dar espectáculo, vencieron ¿Se preguntan qué es la grandeza?

RENDIRSE ¡NUNCA!: RAFAEL NADAL

Y no solo es el caso del Madrid, sino que don Rafael Nadal también tuvo su flor en el momento oportuno, una que fue más allá de lo deportivo, y es que en ocasiones, más de las que podemos contar, lo que es alivio, suerte y bendición para uno, es el primer círculo del infierno para el otro. La semi de Roland Garros, ante Zverev bien describe lo vivido por Rafa, en un partido que llegó a las 3 horas con dos sets disputados (inconclusos), una lesión por parte de Sascha le dio el paso a Rafa, que ya se le veía flagelado, agotado, la edad, las lesiones no pasan solas.

Después de todo, Rafa llegada con una narrativa de caballería, con un duelo a muerte con Auger-Alissime, en una prueba sorpresiva, pero si había un partido de alto riesgo, era enfrentar al gran gigante, al serbio que se alzaba con rebeldía, obstinación y un gran tenis, Novak Djokovic.

Pero si algo de razón había, es que las órdenes del Rey son inamovibles, era su terreno, él lo observaba todo, controlaba cada dimensión de la cancha, y no fue para menos, Nadal venció con superioridad a Nole, en 4 sets en donde el tenis se volvía a rendir a sus piés. 

Y por si alguien lo dudaba, la final fue un tránsito, una parada momentánea a la previa de un nuevo trofeo, así, Rafa hizo posible lo imposible, que un deporte tan solitario como es el Tenis, se convirtiera en el propósito máximo de todo un país, no, incluso, de toda una cultura hispanohablante.

Tanto Nadal como el Madrid definen la grandeza, el tener el peso de la presión, las heridas en la espalda, el talento en la cabeza, la juventud en el corazón,  la experiencia en la piel, en las manos el poder, en las piernas la debilidad, en la cabeza la fortaleza, en los ojos la vulnerabilidad, pero, en ellos, siempre, pero  siempre, la virtud de nunca rendirse, de arrastrarse hasta dar su máximo, no son los mejores, pero así nos lo hacen pensar.

La grandeza así se expresa, desde el silencio, de la expectativa, hasta la suerte, la gloria, el trabajo y el éxito.