El maestro y su método


Jugar fútbol, cualquiera. Hacerlo bien, pocos. Ser el mejor del mundo, campeón de tres mundiales, solo Pelé. O Rei fue, durante muchas décadas, el referente e ídolo de toda una generación.

Figura de afiches, estrella mediática, pionero en el fútbol como en el mundo del espectáculo. Pelé también sirvió de ejemplo y guía para pequeños futbolistas.

Siempre soñé con jugar al fútbol. Aun si mis condiciones no fuesen las mejores, si el talento no fuera algo genético. Cuando estaba en el colegio tenía dos opciones: O me metían al arco, cumpliendo así aquella prédica del que es más malo tapa, o la más cruel: “ya estamos completos”, lo cual era muy frustrante que le dijeran a uno tronco, que jugaba mal, que mejor hiciera otra cosa.

Me decían que entrenara, que alguien me enseñara. Entonces llegó la solución. ¡Era él! Tenía que ser Pelé. No había nadie más indicado para mostrarme las bondades de ese deporte que, siendo en apariencia sencillo, era muy distinto cuando de jugarlo se trataba.

¿Cómo logré que O Rei fuese mi maestro? Todo gracias a mi mejor mentor…

Principios de 1990. En las videotiendas de la época, mucho antes del DVD y casi en los últimos días del formato Beta, también usado bastante para el alquiler de películas, había una en la sección de deportes. Allí sobresalía él. Pelé en la portada. El título: El maestro y su método.

Bastante iluso yo, que pensaba en jugar como él solo viendo esos videos. Ni siquiera dominé las superficies de contacto y menos salir a cabecear. Esas fueron justo las lecciones que se quedaron alojadas en mi memoria. Lo que escribo es sin mirar el video de nuevo (para los que quieran verlo, está en YouTube). Pelé enseña a cabecear a su estilo: Golpear el balón con la frente, ojos abiertos y boca cerrada. Repite las indicaciones otra vez.

Lo vi muchas veces, hasta pagando la multa que en ese entonces le cobraban a uno si se demoraba en entregar la película. Lo que él hacía o dijera era irrefutable. Nada de reproches. Había que hacerlo igual a él. ¡Era Pelé enseñando a jugar! Años después comprendí el valor de ese material, un golazo más de O Rei, pionero en muchas cosas, hasta en las más mediáticas.

El video tutorial era de una calidad única porque no solo estaba la explicación. Los ejemplos de cada cosa que nos enseñaba aparecían en partidos disputados por Pelé con el Santos o en la Selección de Brasil. Algo así como un mensaje para decirnos que, pese la genialidad, era real. Lo más difícil ejecutado con la simpleza de alguien que no parecía de este mundo cuando pisaba un campo de juego.

Si ese video llegó a nuestras manos fue por él, gracias a mi papá, que como siempre buscaba una solución para hacer feliz a su hijo en la infancia. Si lo vi muchas veces, con todo y multas, fue gracias a él. Si después me quedó gustando tanto el fútbol, como una de esas condiciones básicas de la existencia, fue por él. Nadie más lo pudo hacer mejor. Ni Pelé.

Mi papá, un maestro con su método.

PD: Por esas cosas del destino, en el año 2022 Pelé nos abandonó. A descansar en paz, con la satisfacción del deber cumplido porque alguien capaz de dar felicidad a millones de personas solo merece gratitud. Meses atrás, en circunstancias complicadas y un tanto parecidas, mi pa también se nos marchó de este mundo.

Qué año tan difícil, sin papá y ese jugador al que tanto respeto le profesaba.

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