En el último minuto de la adición, cuando todo parecía firmado para el Ajax, con sello del notario y fecha de expedición inmediata, Tottenham se entrometió en su festejo. Remontada de ciencia ficción para quedarse con el boleto de finalista. Liverpool vs. Tottenham en Madrid.
Paseo del Ajax, hasta el primer tiempo: 3 – 0 en el global. Entró al juego con ventaja de un tanto y la aumentó con los goles de Matthijs de Ligt y Hakim Ziyech. Se fue al descanso finalista, a costas de un Tottenham disminuido, desbordado por la presión.
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¿Cómo revivir? Tottenham, como si hubiese sido sermoneado por Klopp, se armó de un coraje elogiable. Si lo iban a eliminar, que fuera sufriendo, llevando al extremo el compromiso y con ese ímpetu se llenó de argumentos para ir en busca del sueño.
En 4 minutos y con el mismo jugador, Lucas Moura, empató el juego. 2 – 2, que para efectos del global indicaba que si los Spurs hacían otro tanto más, finalistas.
Lo que vino después fue otro partido. Uno de metegol: Ataque de Tottenham, respuesta del Ajax. Hasta remates en el palo. Partido de Champions League, dignísimo de una edición 2019 que en verdad ha sido de lo mejor que se ha visto.
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Cuando el tiempo se acaba y en el estadio se pasaba el trago amargo, con una multitud esperando el silbatazo final, Moura detuvo todo festejo. A ese jugador lo deben ensalzar de tal forma que una estatua sería poco. Facturó el tercer tanto de su cuenta y el de la clasificación a la gran final.
Levantarse de las cenizas y dar la pelea hasta el último minuto, con las mismas posibilidades de clasificarse que su rival. El aficionado inglés de los Spurs no tiene nada que reprocharle a su equipo. Por Ajax y Tottenham el fútbol se magnifica.
