Durante los últimos años el fútbol sonoro se ha convertido en un vehículo de cambio, pero en realidad estos futbolistas aficionados representan la pureza y el orgullo del fútbol, del verdadero sentido de la pelota.
¿Qué pasaría si viviéramos en una noche eterna, si la luz se apagara para darle paso a una oscuridad profunda, eterna, infinita? ¿Podríamos comprender la pasión de un balón sin verlo? ¿Entenderíamos el amor por un deporte sin conocer sus colores o sin comprender sus formas?
Acá, en medio de la nada es donde se vive un verdadero Espíritu Aficionado, un ideal, una convicción de vida que va más allá de los sentidos, se implanta un carácter y se comprende, que lo verdaderamente esencial va más allá de los ojos.
+ Diccionario del fútbol aficionado: Las palabras más usadas en el fútbol de calle
+ Reglas curiosas del fútbol aficionado, el que se juega en la calle
Con ello, el fútbol sonoro se posiciona en el firmamento de fútbol aficionado, acá no se van con tonterías, quien cae se levanta al instante, quien pierde toma el balón de vuelta para posicionarlo en la mitad del campo y seguir jugando, el atrevido que se choca contra las barreras se sacude y vuelve a estrellarse, tantas veces sean necesarias para apoderarse del esférico, que no solo es un balón, es un objetivo que va de lado a lado, rebelde, difícil de impresionar, pero tan poderoso que atrae hasta al más incauto.
Por momentos, en este fútbol del alma, la voz se alza para señalizar el rumbo de una pique “Voy, voy”, acá no hay trampas, ni hurtadillas, acá no se engaña al rival, “el arte del engaño” en este deporte no existe, todo lo contrario, se va de frente, siendo imprudentes, descarados y absolutamente valientes.
Así, el fútbol sonoro, podría no ser para cualquiera, no es para las personas que absorben su vida en la lógica, en la matemática más ortodoxa, en lo perfectamente estructurado ¡No, para nada!
Acá están los valientes, las personas que con orgullo desafían al destino y le escupen en la cara, quienes acogen el dolor y lo aman tanto que parecen locos, retando a lo invisible y dándole un orden a la entropía con la que se cruzan, ese es el sentido del Espíritu Aficionado, del fútbol Sonoro, ver lo esencial, lejos de una mirada.