La final de la Copa Libertadores 2019 se disputará en el estadio Nacional de Santiago de Chile, el día 23 de noviembre. Partido único, modalidad nueva. Máxima expectativa y tensión porque no se pueden negar los problemas de orden social que atraviesa el país austral.
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La Conmebol ya ha dado un parte de tranquilidad, asegurando que no ha pensado trasladar la sede de final ante las dificultades de orden público en Chile. En ese país la Federación tampoco ha pensado en dar marcha atrás. Una confirmación en medio de la ola de rumores que se dirigen a sedes alternas como Doha o Miami para albergar la gran final.
Mientras tanto, las aficiones de River Plate y Flamengo, que se cuentan dentro de las más numerosas en Sudamérica, ya hacen bastante ruido frente al hecho de enfrentarse en la final. Las peticiones por las ansiadas entradas para el compromiso ya superan las 300.000. Cifra que supera con creces la capacidad real del escenario deportivo, con aforo para 48.000 espectadores.
En menos de 24 horas, tras la confirmación de Flamengo como el segundo finalista, los pedidos por entradas crecieron a un ritmo frenético. Un desafío más para Conmebol y las autoridades chilenas, que bajo ningún motivo quisieran dejar esta oportunidad. Es la primera final de la Copa Libertadores bajo este formato de partido único, entre dos clubes de tradición y con aficiones que garantizan el show.
Cabe anotar también que la final de la Copa Sudamericana fue incluida en este formato. Se jugará el 9 de noviembre en el estadio de Cerro Porteño y los rivales son Independiente del Valle y Colón de Argentina.
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