De tantas experiencias y partidos inolvidables, quién lo iba a creer. El mejor juego que Carlos Tévez disputó con Boca Juniors en la Copa Libertadores fue contra el América de Cali.
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Fue una edición importante para el fútbol colombiano porque además del América, el Independiente Medellín llegó hasta las semifinales. Boca Juniors se quedó con el título, dirigido por Carlos Bianchi y con una combinación importante de jugadores, que entre jóvenes y experimentados en su mejor nivel encontraron la siempre preciada gloria continental.
América de Cali hizo una campaña muy buena. Siempre contra rivales de peso en fases de eliminación directa, los equipos argentinos se cruzaron en su camino desde los octavos de final. Primero despachó a Racing Club de Avellaneda, serie definida en los lanzamientos desde el punto penalti. Ganó confianza y fútbol porque en los cuartos enfrentó nada menos que a River Plate.
Una serie cargada de controversias porque después de perder 2 – 1 en Buenos Aires, América de Cali se recompuso en el estadio Pascual Guerrero, con un triunfo 4 – 1 y el recordado episodio entre el técnico Fernando Castro y el argentino Claudio Hussain, agredido por el entrenador cuando le agarró el pelo.
América de Cali tenía un formidable equipo, cuya formación titular base la componían: Robinson Zapata; Rubén Bustos; Luis Asprilla, Jhon Tierradentro, Kilian Virviescas; Andrés Felipe González, Jorge Banguero, Fabián Vargas, David Ferreira; Julián Vásquez y Jairo Castillo.
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En semis fue superado ampliamente por el cuadro Xeneize, que en el juego de ida se impuso por 2 – 0 con los goles de Rolando Schiavi y Carlos Tévez. Justamente esa anotación del Apache, sumado al compromiso que jugó en el plano individual, fueron recordados por el actual atacante de Boca en una entrevista para la Conmebol. Calificó ese compromiso como el mejor de su carrera en Copa Libertadores.
“Mi mejor partido en la Libertadores fue en semis contra América de Cali, en la Bombonera, que hago un gol de zurda. En 2003 Boca tenía un equipazo muy completo. Había jugadores jóvenes y más experimentados”, comentó el delantero, quien tampoco cambia la Copa Libertadores cuando le piden compararla con la Champions: “Es la gloria eterna en las dos, pero acá se vive con más locura. En Sudamérica se lleva la sangre en el fútbol”.
Boca Juniors después se reafirmó su condición de favorito al título con un triunfo 0 – 4 en el estadio Pascual Guerrero, donde se derrumbaron las expectativas americanas de pasar a la final. Los Xeneizes no decepcionaron y con gran categoría se quedaron con el título, luego de vencer al Santos de Brasil por global de 5 – 1: Triunfos 2 – 0 en la ida (Buenos Aires) y 1 – 3 en territorio brasilero.
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“La adrenalina antes de salir a la cancha te motiva a querer jugar siempre. Pero ahora sufro menos que antes, uno ya conoce lo que es el ambiente, cuando se habla bien y cuando mal. Hoy no me importa lo que hablan, estoy en otra etapa de mi carrera, futbolística y personalmente. Quiero seguir logrando cosas pero, si no las logro, ya no me vuelvo loco como antes”.