Con tantas dificultades, lesiones, nómina corta, juveniles en acción, pero con un corazón enorme, Millonarios respira una vez más. Triunfo azul en Cali, donde le quitó un invicto de 15 fechas como local al América. 2 – 0, portería imbatida y cuentas redondas que aún le dan un tanque de oxígeno más.
No fue sencillo para Millonarios, ya que siempre jugó al filo de un error. Protegerse con todo de un América muy fuerte cada vez que el balón llegaba a los pies de Duván Vergara. Después, atacar. Nunca esconderse. Ese espíritu ofensivo por poco le daba la ventaja en el primer tiempo, de no ser porque el VAR invalidó una acción de penalti, por supuesta mano americana en el área.
América trató de imponerse con su velocidad en el juego por los costados, pero allí los marcajes de Millonarios alcanzaron. La necesidad era del visitante, así que el 0 – 0 en otras circunstancias y contra un rival fuerte en casa era negocio.
Por ello, además de mantener el cero en su arco con una defensa en la cual jugaban dos canteranos como centrales, Millonarios ajustó las tuercas en su ataque. Una nueva acción en el área, debido a mano de Juan Pablo Segovia, esta vez sí fue castigada como penalti. Ayron del Valle no falló en el cobro, decretando el 0 – 1.
La estrategia de Alberto Gamero y sus dirigidos de nuevo fue una lección acerca de cómo manejar los recursos disponibles. El DT plantó un equipo sólido en cada línea, sin permitir que el América lo encerrara. Lógicamente con el correr de los minutos el local se fue con todo encima, pero en esos espacios disponibles nacían ocasiones importantes para el azul.
Sobre el final del duelo, en tiempo de adición, Ricardo Márquez no dio por perdido un balón y con valentía ganó la raya, lanzó un centro y allí, como pasó hace unos días en el estadio del Deportivo Cali, Elíser Quiñones anotó el tanto que selló el triunfo albiazul sobre el actual campeón de Colombia.
Con 24 puntos y 6 por jugar Millonarios no se rinde. Sigue vivo y promete dar la pelea hasta el final.