Carlos Bacca no merece tantos insultos


Hay un sector de la afición desencantada con Carlos Bacca porque no le perdonan fallar un penalti contra Inglaterra en octavos de final del Mundial de Rusia. También porque en otros partidos malogró oportunidades de gol.

Son hechos que no se pueden refutar. En ese sentido tampoco podemos ceñirnos a la idea de referirnos solamente a eso. Un delantero falla porque está en las jugadas claves y en eso hay que abonarle a Bacca su capacidad de buscar siempre la oportunidad. Para errar hay que estar.

Si pifia bastante es un tema que, en efecto, hay que reprocharle, sin exagerar en los reclamos. La grosería nunca es buen argumento y mucho menos contra alguien que ha trabajado honestamente para estar en ese lugar de privilegio, como es la Selección Colombia. Nadie puede dudar del esfuerzo a lo largo de su carrera, paso a paso en Europa y jugando en clubes importantes.

Carlos Bacca nunca se ahorra una gota de su sudor. En ningún club y menos con la camiseta de la Tricolor. Contra Venezuela jugó muy bien. Se comportó a la altura como socio de Falcao y en la jugada de gol para el empate tuvo el mérito de aguantar el balón para pasarlo al Tigre. Trabaja en equipo.

Puede que sea él u otro. Pero más allá de debatir si el jugador pifia tantos goles, Carlos Bacca dejó servido un panorama nuevo en el ataque de la Selección, justo ahora que viene un proceso nuevo, sin Pékerman en el banco técnico. ¿Qué tal si el equipo vuelve a jugar con dos delanteros? Un complemento para Falcao, como en su momento fue Teo Gutiérrez, durante los partidos redondos que hacía la Selección en Barranquilla camino a Brasil 2014.

Ahora: ¿Qué tal si hacemos una tregua con Bacca? Ya estuvo bien con eso de criticarlo por el penalti. Solo por dejarles esta reflexión, que de seguro más de uno ha hecho alguna vez en la vida, en especial aquellos soñadores frustrados porque no fueron futbolistas: Piensen en la carga emocional que implica un penalti durante un Mundial. Es algo que no todos son capaces de hacer y así como pifió Carlos, la historia del fútbol está llena de jugadores con ese mismo destino, incluyendo a leyendas.

Perdonen. Aplaudan en lugar de cuestionar cada decisión suya porque no cualquier futbolista es capaz de sostenerse tantos años en Europa, ni con cifras de gol que en verdad son para envidiar.

Carlos Bacca debe seguir en la Selección Colombia porque también es otro líder. Cómo menospreciar a alguien que vivió 2 procesos clasificatorios a mundiales, justo ahora que llega una etapa nueva, con renovación incluida. ¿O acaso somos tan opulentos en el ataque para descartarlo? No tenemos más jugadores y quienes hacen su camino (Miguel Borja) recién suman experiencia.

Aparte, es un señor en toda la expresión. Cualquier persona sometida al escarnio público que ha vivido hubiese reaccionado igual, con reclamos y groserías. Bacca se mantiene en su puesto, con la sapiencia de alguien que se reconoce como figura pública, pero demostrando unos modales que cualquier jugador de fútbol debería seguir, ahora que estamos en tiempos de redes sociales y es tan fácil expresar nuestros sentimientos.

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